Las redecillas de mariposa no funcionan más, están deterioradas por el uso (o desuso) excesivo, es por ello que los adverbios, artículos y condicionales escapan de la semitransparente celda donde trato encerrarlos, los rebeldes pensamientos le siguen, arman una revuelta para huir y perderse entre los soplidos del viento o mas bien, esconderse detrás de una pequeña amapola.
Las letras son más pasivas, esperan pacientes encontrar algunas compañeras para fortalecerse y convertirse en una gran (o pequeña) palabra, reunirse como un rebaño las hace sentir seguras, menos solitarias, a ellas les gusta la algarabía y que las pronuncies estruendosamente, aunque sean un poco ruidosas son, los que al aglomerarse, la gente llama verbos y adjetivos, los únicos que dormitan en los huecos de metal, el resto revolotea en la anarquía de desaparecer de la red y llegar hasta algún oído donde refugiarse.
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