sábado, 6 de junio de 2009

El personaje pseudo-oculto

Yo controlo todo, bueno, no todo, pero sí bastantes cosas. Soy una suerte de mini-Dios, quien a su antojo, hace que se detengan o avancen. Puede sonar un poco arrogante, pero para mi es la pura y absoluta verdad. Yo hago que disminuyan, pausen por algunos momentos su apuro citadino, ese que omite las cosas a su alrededor y por ello deberían agradecerme, yo les doy un alto, un suspiro del caos para que puedan observar el paisaje.



Cuando cambio, sinceramente me divierto, los tomo por sorpresa y la marcha cesa de golpe. Me gusta titilar, aunque a veces, me mantengo quieto, expectante, respondiendo a esos ojos que me perforan esperando, rogando un cambio que sólo daré cuando desvíen la mirada ya que no me gusta que me vean en tal estado; aunque deba poseer diversos ropajes, no me parecen tediosas esas metamorfosis obligadas, mas bien me llevo por el vaivén de los matices de los labios, la grama y los huevos revueltos. Se que aun no he dicho mi nombre, pero no es necesario porque todos me conocen; titilo en bocas, pare.






1 comentario:

  1. Yo cuando lo veo a lo lejos lo odio, lo apuro y maldigo; le reclamo lo mal que hace su trabajo por no favorecerme, lo odio demasiado y quisiera acabar con él... Pero cuando le paso por debajo, agradezco que siempre estuvo allí =)

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