El primer intento fue poco fructífero, las palabras se escaparon entre un cuadro justificado y una vaga conversación, los dinosaurios azules aun se esconden, divagan junto a los gallos anticipados que cantan antes de ver una pizca de sol.
A pesar de la injusticia, no pasa nada, cálmese, hable en modo impersonal y no tutee que a las estrellas les choca, acomódose mientras se pierde en el humo de un volcán fumado con un pitillo y entreténgase con los retazos de voces que flotan en su oído. Es posible que, a veces, algún decibel le moleste, pero no se preocupe, el brillo está aquí para ayudarle, a diferencia de las hormigas que solo quieren incrustarse en su nariz y perderse dentro de su cuerpo virgen y poco explorado... no pasa nada, los textos escondidos en algún momento aparecerán.
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